jueves, 5 de diciembre de 2013

LA CARRETERA AUSTRAL, EL VOLCÁN CHAITÉN Y OTRO SELLO EN EL PASAPORTE

Todo comenzó cuando nos dimos cuenta de que la validad de nuestro visado de turista en Chile ( válida para 90 días) expiraba unos días antes de salir de Chiloé. Preguntamos en la policía internacional y, amablemente, nos ofrecieron tres opciones:
1. o pagábamos 100 dólares cada uno y nos "daban" otros 90 días,
2. o salíamos del país, y volvíamos a entrar con nuestro pasaporte sellado para otros 90 días,
3. o no hacíamos nada y, además de pagar una buena multa, nos retenían en Chile por 1 mes.
 Lógicamente planeamos unas mini-vacaciones  al continente, para cruzar a Argentina y conseguir el sello en el pasaporte.

Compramos un pasaje de barco de ida y vuelta Quellón-Chaitén. Como el barco salía el jueves temprano, y no había buses para llegar a esas horas a Quellón desde Cucao, tuvimos que pasar la noche del miércoles en Quellón, una ciudad sucia, fea, y dormimos probablemente en el peor hostal donde alguna vez hemos estado ( si no contamos una noche en un local de dudosa reputación en el que acabé en Marruecos...).
Al día siguiente nos embarcamos hacia Chaitén. El viaje cruza el golfo de Corcovado, disfrutando de fauna marina, y unas vistas supuestamente espectaculares ( si no llega a ser por la densa niebla que había)

Una vez en Chaitén nuestro objetivo era llegár a Futaleufú, donde la frontera con Argentina se encuentra a solo 8 kilómetros, por lo que la idea era cruzar la frontera a pie por el paso internacional Futaleufú, para conseguir el sello.
Las comunicaciones en transporte público en el sur de Chile son complicadas, pues no todos los días hay buses, o van llenos. Perdimos el bus de las 13h, y el de las 17h iba lleno... así que teníamos que pasar la noche en Chaitén, con la suerte de que un compañero de Chiloé tiene casa allí y nos la prestó.

Chaitén es el pueblo que más sufrió la erupción del volcán Chaitén hace 5 años. Las cenizas y el cambio del curso del río ( que separó el pueblo por la mitad) dejaron el pueblo destrozado. A pesar de estar recuperándose, ofrece una imagen desoladora en muchas partes, con montones de ceniza y casas destruidas. Está situado en un enclave precioso, puerta de entrada a la Patagonia, a pie del océano y rodeado de grandes montañas y volcanes, por lo que pensamos que con el tiempo irá recuperándose...

Volcán Chaitén al fondo. Montón de ceniza y casa enterrada hasta la mitad
El río que dividió el pueblo

Después de dar varias vueltas por el pueblo, dimos con la casa de Luis. Allí estaba viviendo el señor Zamorano, ex-suegro de nuestro colega, que no sabía de nuestra llegada... Aún así fuimos magníficamente recibidos, y compartimos largas horas de conversación y mate.
Zamorano fue toda una sorpresa: se declaró gran aficionado a todo tipo de música, y nos ofreció un buen repertorio, empezando por un video de rancheras con Rocio Durcal, pasando por una sesión de música árabe ( varios CDs rescatados de las cenizas del volcán en el viejo colegio)  y terminando con un concierto de Metallica... La conversación fui igualmente interesante: aprendimos de las salmoneras, de historia chilena, compartimos opiniones políticas, hablamos de la vida en general... ¡ Pucha huevón, estuvo buena la huevada !, si po..... Nos acostamos felices...

El viernes por fin partimos hacia Futaleufú, un pueblo famoso por su río del mismo nombre, de aguas color turquesa y entre los mejores en el mundo para hacer rafting según se dice, al que llegamos por una carretera preciosa, con lagos, ríos, montañas, glaciares...
A media tarde estábamos en nuestro destino, pero aún nos faltaba completar nuestra misión: llegar a la frontera y sellar. En el pueblo encontramos un bonito y barato alojamiento, y Coco, el hijo de los dueños, se ofreció a acercarnos a la frontera. Una vez allí estaba el problema de si nos dejarían entrar a Argentina paseando, o más importante, si nos dejarían regresar a Chile esa misma tarde, ya que lo habíamos dejado todo en Futa ( como le llaman por allí). Para nuestra agradable sorpresa todo fue muy bien, no preguntaron donde íbamos, y contestamos que a pasear por Argentina, les pareció estupendo, cruzamos, caminamos una media horita y volvimos, regresando tranquilamente a Futa con nuestros 90 días más...
En el hostal conocimos a varias personas, que nos hicieron la tarde-noche agradable.



El sábado dimos un paseito en por el Lago Espolón, rodeado de montañas, y por la tarde asistimos a un tradicional rodeo, que no llegamos a entender del todo, pero consiste básicamente en " correr" una vaca con un par de caballos, dando diferente puntuación a según si la tocan con el caballo y de que forma... un espectáculo curioso... bastante estresante para la vaca parece...

Lago espolón


Los Guasos y sus caballos




Y el domingo bien tempranito regreso a Chaiten en bus, y traslado hasta el Parque Pumalín  por cortesía de un camionero que se dirigía a Puerto Montt. Pumalín es un gran parque privado, propiedad del famoso ecomagnate Douglas Thompkins. Ecomagnate... nos encantó el concepto, creemos que queremos ser eso de mayores...
El Parque Pumalín está atravesado por la famosa Carretera Austral, el eje del sur de Chile, que no es otra cosa que un camino de tierra ( ripio como le dicen aquí).

La carretera Austral
Este fue nuestro primer primer contacto con ella, en su inicio. Realizamos varios senderos, a cada cual más bonito, que se internan en densos bosques valdivianos, descubriendo cascadas, lagos y alerces milenarios. Tras una noche bajo la lluvia, que nuestra tienda resistió perfectamente, hicimos algún sendero más y regresamos a dedo a Chaitén, donde, en casa de Luis, volvimos a compartir una excelente noche en compañía de Zamorano.

Lago Tronador


Alerce






El martes embarcamos hacia Quellón ( donde por suerte no tuvimos que pasar más de 10 minutos mientras esperábamos al bus), y llegamos por la noche a casa a Cucao.

Llegamos cansados pero con energía, y la "pica" de seguir recorriendo la carretera Austral y este sur, que promete mucho...

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